ABRAZOS

Arrastra la maleta como si en ella guardase una vida de la que no puede deshacerse, ni aun queriendo librarse de ella. La busca con el alma en el estómago y la mirada en vilo, conquistando el pasillo como si conociera los atajos de las baldosas. 

Tiene prisa, necesita el abrazo de enredadera que habían compartido meses atrás, capaz de mezclar sus acelerados latidos y transferirlos a islas desiertas, un anticipo de ojos cerrados y relojes sin manillas. Pasión, amor, deseo. Manos cómplices y abrazos eternos. Ropa que cae al suelo, copas de vino que se vacían. Miradas que ríen, tacto que habla, bocas que lo pueden todo, que avanzan.

Atrás queda la cotidianeidad, los trabajos, rutinas y vidas pasadas. 

Hoy todo es presente.  Solo quiere calarse hasta los huesos y perder la maleta. 

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