Me arriesgo a pedir la quinta taza de té de menta mientras alejo la cajetilla de cigarrillos que me reta a que la abandone, cuando bien sabe que hasta hoy siempre ha ganado las batallas, y solo atino a jugar con ella entre los dedos mientras garrapateo en cualquier hoja suelta que invariablemente perderé en un cambio …
Fragmento del libro: “Dos mares”. I TÁNGER, MARRUECOS, UN FARO DE VIDA Leer más »
A las abuelas Ernestina y Eduviges las hicieron con el mismo molde: parieron muchos hijos y les sobrevivieron pocos. Su vida fue cocinar cerros de frijoles y tortillas y cuidar a los hijos de sus hijos. A mi madre le tocó en suerte ser la cuarta hija. A Petra, la mayor, se la robaron muy …
LAS ABUELAS, fragmento del libro: “Taxco, Los orfebres de la luna” Leer más »
Habitan tantos fantasmas tan dentro de mí, que no importa que en el amor pocos son los dolores eternos, ni que el tiempo tiende a cicatrizar las heridas más profundas.
Tomó su mano. Flácida y carente de respuestas, lo que no impidió que sus almas se conectaran. Era tanto el cariño y complicidad tejida durante años, que no hacían falta palabras. Las pupilas fijas, pero no carentes de paz, reflejaban una aceptación total del nuevo rumbo que tomaba. Lo difícil era para él, que se …
Ángela se enamora de Eugenio. Es hijo de su tío materno José María, quien sostuvo relaciones fuera de matrimonio con María del Consuelo Velázquez de la Cadena Sierra, unión de la que nació Eugenio Castera Velázquez de la Cadena, tres años mayor que ella. “…me enseñaste a amar tus versos como una extensión de nuestro …
EUGENIO CASTERA, fragmento del libro: “ÁngelaPeralta, El dulce ruiseñor del nuevo mundo” Leer más »
En los años que siguieron a su muerte, el reto mayor fue esconder la figura que esculpí en las clases de ballet y las redondas formas que surgían ante los torrentes de hormonas que circulaban por mi cuerpo y que nadie, ni las monjas, fueron capaces de contener a pesar de los diques de letanías …
El 14 de septiembre de 1906, para celebrar las fiestas patrias, se encendieron las primeras luces que tuvo el pueblo. Por las noches me asomaba a ver la plaza iluminada para que la magia de la luz nada ni nadie la pudiera borrar, y en sueños me convertía en una luciérnaga que volaba alrededor de …
LUCIERNAGA, fragmento del libro: «TAXCO, Los orfebres de la luna» Leer más »
A partir de la decisión de suspender la búsqueda de la doncella que me haga finalmente feliz, hice una larga pausa en la que me retiré de la vida secular, pero sin convertirme en ministro o cura. Me nació el claro propósito de fortalecer mi ánimo para mantenerme ajeno a todo lo que no fuera …
La travesía es serena y el frío arrecia en la medida en que se adentra en la negrura del Golfo de México. No es temporada de feroces tormentas o huracanes y la complicidad que teje con el Atlántico bastará para llevarla con bien a su destino. En sueños fue escoltada por una sinfonía de peces …
1918 se anuncia en el calendario con firmeza y con veintiséis años y un par de sotanas deshilachadas, casi transparentes, me preparo para la que ruego sea la última entrevista. Ha pasado un mes desde que me anuncié en la Secretaría del Arzobispado para conocer mi próxima asignación como párroco rural. Sin otro pendiente entre …
LA ESPERA, Fragmento del libro: “TAXCO, Los orfebres de la luna”. Leer más »
